Por José Veliz Torresano, economista especializado en
finanzas, profesor universitario y analista de planificación
en SENAE.
Introducción
Dentro del análisis de lo que fue el siglo XX podemos decir que este se caracterizó por imprimir el rasgo de mundialización o globalización de muchos temas: políticos, económicos, sanitarios, laborales, etc. Dentro de este contexto, a inicios del siglo XX y con mayor intensidad luego de la Primera Guerra Mundial, emergió como potencia mundial, no sólo económica sino militar y política, los Estados Unidos, país que tuvo que lidiar a partir de 1929 con lo que hasta el momento ha sido la peor crisis económica de esta era, sus efectos se extendieron alrededor del mundo con efectos en la producción, el empleo y el intercambio comercial, en resumen, ha sido el peor episodio económico del siglo XX, y sin duda sus efectos incidieron en lo que posteriormente fue la Segunda Guerra Mundial.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, con el triunfo aliado, encontramos al mundo dividido en dos, por un lado los países capitalistas de influencia norteamericana y por otro lado los países comunistas de influencia soviética. La ardua tarea de la reconstrucción de Europa obligó la implementación de un plan ambicioso bajo el auspicio de Estados Unidos, se denominó Plan Marshall, y condujo a la potencia americana y sus aliados europeos a un crecimiento sin precedentes durante casi tres décadas.
En la década de los 70 como consecuencia de la Crisis del Petróleo y motivado por otros interés particulares, se dio fin al sistema de paridad oro-dólar, Bretton Woods exhaló su último aliento, con lo que los países adoptaron, en su gran mayoría, tipos de cambio flexibles. La década de los 70 fue el fin de la doctrina keynesiana (con los años volvió a estar de moda), donde los altos niveles de inflación y desempleo incontenibles dieron paso al monetarismo de la Escuela de Chicago. A fines de década de los 70 e inicios de los 80 se propiciaron una cantidad de crisis económicas y políticas en países subdesarrollados alrededor del mundo, en Latinoamérica se suscitó lo que se ha denominado la Crisis de la Deuda en 1982, con graves repercusiones en la producción, el empleo, la pobreza (esto con una sola medida tomada por Estados Unidos, la subida de la tasa de interés).
La caída del comunismo y el desmantelamiento de la Unión Soviética trajo consigo la unipolaridad del mundo, con Estados Unidos como potencia hegemónica. En la década de los 90 se inició un periodo de liberalización comercial y financiera sin precedentes, generando crecimiento y desarrollo para muchos países. Sin embargo, un conjunto de malas decisiones en materia económica dieron como resultado en el 2008 a la primera crisis del siglo XXI, y posiblemente la peor desde la Gran Depresión de los 30.
Qué condujo al mundo y en especial a Estados Unidos, una vez más, a esta crisis? Quiénes fallaron? Qué falló? Es lo mismo de siempre o las cosas han cambiado? Qué nos deparará el futuro? Este trabajo pretende dar, con simplicidad sin dejar de ser exhaustivo, con la respuesta a los cuestionamientos planteados.
1. Antecedentes de la Crisis: Causas
Desde la Gran Depresión se han sucedido un sin número de estudios empíricos sobre las causas que ha(n) originado la(s) crisis, en la actualidad se ha encontrado evidencia que subraya la similitud entre las dos grandes crisis económicas, 1929 y 2008. A pesar de las similitudes y diferencias que se puedan encontrar, podemos destacar que las crisis no son eventos que solo se han dado en el siglo XX, las crisis se han sucedido a lo largo de la historia, algunos ejemplos de aquellas son: Inglaterra en 1340, Europa en el siglo XVI motivada por Carlos V y Felipe II, Austria en 1618 (“Kipper und Wipperzeit”), Holanda e Inglaterra en los siglos XVII y XVIII, en el siglo XIX las primeras crisis bancarias en Inglaterra se motivaron por la financiación de proyectos en las nuevas repúblicas independizadas de España, durante el siglo XX se dieron al menos seis crisis de alcance global e incontables episodios en América Latina.
Algunos trabajos realizados por respetables autores y organismos internacionales de prestigio señalan entre las causas que desatan el fenómeno de las crisis a los recurrentes desequilibrios económicos, desigualdad en ingresos, las innovaciones financieras, malas instituciones y el fenómeno de la expansión monetaria.
En virtud de lo anterior, es necesario realizar un análisis de las diferentes causas, que, según pensadores de las diferentes corrientes de pensamiento económico, han sido identificadas como precursoras de la(s) crisis, con el objetivo de determinar el grado de importancia de cada una de ellas, de manera histórica y su impacto sobre la economía.
2. Desequilibrios económicos persistentes
Los desequilibrios económicos persistentes están asociados a superávits o déficits de cuenta corriente, donde figuran las importaciones y exportaciones, es decir, los países con superávit en cuenta corriente tradicionalmente son aquellos que han logrado exportar más que importar y en consecuencia poseen un flujo de efectivo disponible, el mundo les debe más por sus exportaciones, esto se ve compensado por el lado de la cuenta financiera y capital que es donde el país explica dónde ha colocado ese excedente generado en la cuenta corriente.
Según R. Rajan en su libro “Fault Lines: How Hidden Fractures Still Threaten the World Economy” (2010) los desequilibrios económicos han sido fundamentales para el desencadenamiento de la crisis, y muy posiblemente serán una causa, en un futuro próximo, debido a la reincidencia de los países en mantenerlos. El problema no reside específicamente en el hecho de un superávit o un déficit, sino en la persistencia en los mismos. En el caso del déficit este debe ser cubierto de alguna forma, generalmente mediante deuda, que al ser recurrente el déficit lo que produce es una escalada de endeudamiento que afecta a futuro, sobre los ingresos, el crecimiento económico, el desarrollo y sobre la desigualdad.
Estados Unidos desde hace algún tiempo registra un marcado déficit en su balanza comercial, lo que significa que la economía americana no ha sido capaz de generar una sólida producción exportable o en su defecto el consumo americano sobrepasa con creces su producción. En la Unión Europea encontramos casos recurrentes como España que ha debido financiar su déficit a través de un endeudamiento masivo. Por el lado sudamericano podemos decir que la historia es diferente a lo acontecido hace algo más de dos décadas, donde la mayoría de países no lograban mantener un régimen de balanza comercial superavitario, la mayoría de estos países, con fuertes vínculos con la exportación de bienes primarios, especialmente petróleo, experimentaron bajos niveles de precios de materias primas históricos. En la actualidad la dependencia se mantiene, pero su base exportable se ha incrementado substancialmente además de la gama de socios comerciales producto de acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales.
Para continuar leyendo el artículo acceda aquí a la Revista Digital Orden Espontáneo de Octubre del 2011 donde el mismo fue publicado.