Posts Tagged ‘Free Banking’

Desayuno con Ivo Sarjanovic: «Discusiones en torno a la política monetaria ideal»

marzo 22, 2012

El martes 3 de abril a las 9hs. se llevará a cabo el desayuno de trabajo “Discusiones en torno a la política monetaria ideal. Las opiniones de la Escuela Austríaca, el Market Monetarism y los Post Keynesianos” a cargo de Ivo Sarjanovic (Vicepresidente de Cargill International Suisse con sede en Ginebra. Se desempeña actualmente como Gerente Mundial de la División Azúcar). El mismo se realizará en el quinto piso de la sede de la Fundación Libertad (Mitre 170).

Ivo Sarjanovic

El desayuno no tiene costo alguno. No obstante, los cupos son muy limitados. Para inscribirse enviar una breve descripción de su CV a mspelta@libertad.org.ar.

A los asistentes se les mandará material por correo electrónico como lectura previa sugerida a la actividad.

Banca Libre e Instituciones Monetarias

julio 25, 2011

A cargo del Mg. Nicolás Cachanosky: Doctorando en Economía (Suffolk University – EEUU), Magíster en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE), Licenciado en Economía (UCA).

Fecha: Jueves 11 de agosto de 18 a 21hs.

Programa

Banca Libre

– ¿Qué es la banca libre (free banking)?
– Dinámica de la banca libre.
– Críticas a la banca libre y respuestas a los problemas
Corridas bancarias y expansión concertada
Reservas fraccionarias versus 100% de encaje bancario
Casos históricos: Escocia y Estados Unidos

Banco Central

– ¿Cómo y por qué surgen los bancos centrales?
– Bancos centrales bajo patrón oro versus bancos centrales como emisores de dinero fiat
– Estabilidad monetaria centralizada versus estabilidad monetaria de mercado
– Problemas de política monetaria
Problemas en la estabilidad del nivel de precios
La “regla de Hayek.”

Dinero Electrónico: El Caso Bitcoin

– ¿Qué son las bitcoins?
– Aspectos económicos de las bitcoin
– Desafíos a futuro

Se entregará material de lectura y certificados de asistencia.

El curso se dicta en la sede de la Fundación Libertad (Mitre 170).

Arancel: Estudiantes Universitarios $100, Socios Fundación Libertad $150, No socios $200. Cupos Limitados.

Consultas e Inscripción: mspelta@libertad.org.ar (Matías Spelta) o al 4105000 (interno 235).

Agenda de Actividades Agosto 2011

julio 25, 2011

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La banca Sin Regulación

octubre 13, 2009

Por Lawrence H. White. *

Lawrence White

¿Qué tan bien funcionaría el sistema bancario si no existiesen regulaciones gubernamentales? Una forma de empezar a responder esta pregunta es examinando el registro histórico. En el siglo XIX muchos países tuvieron sistemas bancarios relativamente no regulados con pocas o ninguna de las restricciones que padecen hoy en día los bancos en los Estados Unidos: barreras legales a la nueva entrada, seguros de depósitos, restricciones geográficas y de actividad, requerimientos de reserva y protección a bancos favorecidos contra las quiebras. Debido a que estos sistemas eran tan diferentes a los actuales, arrojan valiosa luz sobre las posibles consecuencias de una banca completamente libre en el futuro.

Una fuente útil de información histórica es el volumen recientemente publicado cuyo título es The Experience of Free Banking, editado por Kevin Dowd (Londres: Rouledge, 1992). Los contribuidores al libro (uno de los cuales soy yo) investigan sistemas bancarios relativamente no regulados en nueve diferentes países durante el siglo XIX: Australia, Canadá, Colombia, China, Francia, Irlanda, Escocia, Suiza y Estados Unidos. Un capítulo resumen escrito por Kurt Schuler muestra que existieron otros 50 episodios que quizás también sean investigados en detalle. La reciente evidencia histórica, del tipo provista por este libro, complementa provechosamente los otros tantos estudios de banca y moneda de libre mercado que han sido publicados en años recientes.

Tres Lecciones de la Historia

¿Qué podemos aprender de los episodios históricos de sistemas bancarios relativamente no regulados? Trataré de resumir tres lecciones principales concisamente, sin todos los detalles, notas a pié de página, y salvedades menores que puede que sean mencionadas. Espero que mis colegas académicos me perdonen por infringir las normas de conducta profesional de esta manera.

Primera lección: Los sistemas bancarios sin regulaciones no causan inflación de la oferta monetaria o de los precios.

Dado que los requerimientos de reservas restringen a los bancos hoy en día, los economistas muchas veces han temido que los bancos sin exigencias de mínimas de reservas no enfrentarían restricciones que evitaran la sobre-emisión de los depósitos a la vista o los billetes bancarios. No obstante, el miedo es históricamente infundado. Un mercado competitivo obliga a los bancos no regulados a fijar el valor de sus pasivos representados por los depósitos y los billetes emitidos en términos del dinero base de la economía, al ofrecer convertibilidad a la par (a la totalidad de su valor nominal) en dinero base. En el pasado, el dinero base eran monedas de oro o de plata. El “dólar” era originariamente una moneda de plata. Para evitar el bochorno, en ausencia de una protección gubernamental, un banco no podría emitir demasiados pasivos en relación a sus reservas de dinero metálico.

Bajo convertibilidad, el valor del dinero cae (ocurre inflación de precios) sólo cuando la oferta del dinero base de la economía crece más rápido que la demanda real de dinero base. Bajo el patrón oro y plata del siglo XIX, la inflación de precios en un solo año era mínima bajo estándares modernos. En el muy largo plazo, la inflación de precios fue virtualmente cero.

Segunda lección: La competencia sin regulaciones entre bancos no desestabiliza el sistema bancario.

La inestabilidad es el miedo frecuente de aquellos que piensan que las leyes de la “banca libre” en algunas partes de los Estados Unidos durante el período prebélico llevaron a un sistema bancario irresponsable, popularizado como banca “gato montés” (wildcat banking). Resulta que la banca “gato montés” es en gran parte un mito. A pesar de que las historias acerca de prácticas bancarias deshonestas son entretenidas – y por esa razón han sido repetidas infinitamente en los libros de texto – los historiadores económicos modernos han encontrado que en realidad fueron muy pocos los bancos que entran dentro de cualquier razonable definición de “banco gato montés”. Por ejemplo, de los 141 bancos que se crearon bajo la legislación de “banca libre” en Illinois entre 1851 y 1861, sólo uno cumple el criterio de haber sobrevivido menos de un año, siendo que se estableció específicamente para obtener beneficios a partir de la emisión de billetes bancarios, y operaba desde una ubicación remota. Los llamados sistemas de “banca libre” en un número de estados americanos prebélicos estaban en realidad entre los más regulados de todos los sistemas competitivos de emisión de notas del siglo XIX. La inestabilidad fue experimentada en algunos pocos estados, pero no debido a una banca gato montés, sino debido a regulaciones estatales que involuntariamente promovieron la inestabilidad. Las regulaciones de “banca libre” en algunos estados hicieron que sea más fácil cometer fraudes; en otros estados las regulaciones desalentaban o evitaban que los bancos diversificaran apropiadamente sus activos. La banca fue más estable en sistemas menos regulados como Canadá, Escocia, y Nueva Inglaterra.

¿Cómo era posible la estabilidad en sistemas bancarios sin garantías de depósitos (nada como seguros de la FDIC) ni un prestamista gubernamental de último recurso (nada como la Reserva Federal)? Los depositantes eran más cuidadosos en elegir los bancos, y los bancos correspondientemente, de manera de atraer clientes cautelosos, tenían que ser más cuidadosos a la hora de elegir sus carteras de activos de lo que lo son los bancos hoy en día en presencia de garantías de depósitos y un prestamista de última instancia. Los bancos a veces sí quebraban. Sin embargo, las quiebras bancarias casi nunca eran contagiosas, o propensas a extenderse hacia bancos solventes, por muchas razones. Cada banco trataba de mantener una identidad distintiva de sus rivales, y era capaz de hacerlo cuando este no estaba obligado por alguna regulación a mantener similares carteras de activos. Por lo tanto, los depositantes no tenían ninguna razón para inferir de los problemas de un banco que el siguiente banco estaba en problemas también. Los bancos en general estaban bien capitalizados, por lo que el miedo de insolvencia era remoto. En algunos casos los bancos tenían capital extra “fuera del balance general” en el sentido de que los accionistas contractualmente se obligaban a responder con sus propios activos personales a repagar a los depositantes y tenedores de pagarés en la circunstancia en que los activos del banco fuesen insuficientes. Los bancos diversificaban sus activos y pasivos bien, estando libres de las restricciones de línea de negocios y actividades. Los bancos eran cuidadosos en evitar una excesiva exposición a otros bancos, lo que significa que ellos minimizaban el riesgo de quedar atrapados con incobrables promesas de pago de otros bancos. Algún grado de exposición es inevitable en cualquier sistema en el cual un banco acepta depósitos de sus clientes en la forma de cheques o notas bancarias emitidas por otros bancos. Un banco está expuesto hasta que liquida y ajusta sus cuentas con los otros bancos a través de la cámara de compensación. Las cámaras de compensación privadas, particularmente a fines del siglo XIX en los Estados Unidos, bajaban los riesgos de exposición interbancaria mediante estrictas exigencias de solvencia y liquidez por parte los bancos para obtener la membrecía a dicha cámara. Las cámaras de compensaciones eran un vehículo por medio del cual los bancos reputados se regulaban voluntariamente como grupo ellos mismos. Las asociaciones de cámaras de compensaciones fueron pioneras en desarrollar técnicas para monitorear e imponer la solvencia y la liquidez, tales como reportes de balance general e inspecciones a bancos. Las asociaciones de cámaras de compensaciones también hacían préstamos de “última instancia” a los bancos miembros solventes que estuviesen experimentando temporales problemas de liquidez. El Sistema de la Reserva Federal no introdujo sino que simplemente nacionalizó la regulación bancaria y el rol de prestamista de última instancia.

Tercera lección: El Sistema Bancario no es un monopolio natural.

La experiencia histórica muestra que existen algunas tendencias a que los bancos más grandes sean más eficientes, pero no más allá de cierto tamaño. Los bancos con sucursales por todo el país sí tienden a dejar fuera de competencia a los bancos más chicos en algunas áreas del negocio bancario, pero no en todas las áreas. Los bancos deben ser lo suficientemente grandes como para poder diversificar sus activos y pasivos adecuadamente, pero esto no requiere que sean grandes en relación al mercado bancario total. Los desarrollos recientes en las tecnologías financieras de gestión de préstamos sindicados y las securitizaciones puede que hayan reducido el tamaño a partir del cual un banco se vuelve lo suficientemente grande. En ausencia de las regulaciones gubernamentales que actualmente favorecen a los bancos más grandes, particularmente la prosecución de la doctrina “demasiado grande para caer” por parte de la Reserva Federal y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, resultaría una estructura financiera estable y desregulada que probablemente incluiría tanto bancos grandes como chicos.

* Artículo publicado en la Revista Digital Orden Espontáneo de Septiembre del 2009.

Entrevista a George Selgin

agosto 3, 2009

Por Matías Spelta*

George Selgin es Doctor en Economía por la Universidad de Nueva York. Actualmente se desempeña como BB&T Professor of Free Market Thought en la Universidad West Virginia y Profesor de Economía en la Universidad de Georgia. Es uno de los más importantes teóricos del sistema Free Banking (en este sentido le recomendamos al lector la entrevista que recientemente le hizo el Banco de la Reserva Federal de Richmond). Las principales áreas de investigación del profesor Selgin son: teoría monetaria y bancaria, historia monetaria y macroeconomía. Por otra parte, entre sus obras se destacan: Bank Deregulation and Monetary Order y The Theory of Free Banking: Money Supply under Competitive Note Issue. Los invitamos a visitar su página personal: http://www.terry.uga.edu/~selgin/

George Selgin

George Selgin

En enero de este año escribió un artículo en el Wall Street Journal sobre el problema de escasez de monedas que sufre la Argentina. Explica que la comercialización de monedas en el mercado negro no es causa sino consecuencia de este fenómeno. En este sentido dice “El mercado negro no existiría si las monedas fueran fáciles de conseguir en primer lugar”. Opina que si se quiere terminar con este problema, Argentina debe abandonar el monopolio estatal y permitir la libre acuñación privada de monedas. Esta propuesta no es ni una locura y ni siquiera original, si tomamos como guía a la historia. Gran Bretaña sufrió un problema de escasez de monedas de baja denominación muchísimo más grave que Argentina en un momento crucial: La Revolución Industrial. Como sucede hoy, el gobierno británico no fue capaz de terminar con este problema. La tan esperada solución llegó cuando las empresas británicas, casi sin ninguna otra opción, decidieron empezar a acuñar sus propias monedas y así posibilitar algo tan simple como el pago de los salarios de los trabajadores. George Selgin describe esta particular experiencia en su libro Good Money: Birmingham Button makers, the Royal Mint, and the Beginnings of Modern Coinage.

A continuación transcribimos la entrevista que el Centro Adam Smith le realizó sobre este tema, donde demuestra un gran conocimiento de la situación que vive nuestro país. Asimismo, nos dio su opinión sobre el fenómeno de las “monedas comunitarias” que se desarrolló en Estados Unidos a consecuencia de la crisis que allí acontece.

MS: Usted escribió un artículo sobre la escasez de monedas en Argentina. ¿Cuáles son las similitudes entre este episodio, y el que ocurrió en Gran Bretaña durante la Revolución Industrial que usted describe en su libro “Good Money”?

GS: La principal similitud es que ambas naciones sufrieron severas escaseces de cambio chico, en las cuales sus gobiernos no estaban dispuestos o quizás no podían resolver. Pero la escasez en Gran Bretaña fue mucho más seria, porque no fue simplemente una escasez de monedas muy chicas del tipo utilizadas, por ejemplo, para pagar el boleto de colectivo, sino una entre todos los tipos de monedas de plata y cobre, que sería más bien comparable a una escasez hoy día de cambio de todas denominaciones salvo por el billete de 100!

MS: ¿Cómo se resolvió el problema en Gran Bretaña?

GS: Extraoficialmente la escasez llegó a su fin a principios de la década de 1790, después de que comerciantes privados habían puesto en circulación cientos de toneladas de sus propias monedas de bronce. Desde ese momento hasta 1810 se escucha muy poco sobre las escaseces que habían asolado a Gran Bretaña hasta 1787, cuando las primeras monedas privadas fueron acuñadas. En 1797 la acuñación privada se detuvo cuando el gobierno británico anunció una nueva moneda oficial de cobre. Pero las escaseces volvieron a surgir por 1810, provocando una nueva ronda de acuñaciones privadas. Recién en 1820 el gobierno británico logró reformar sus disposiciones oficiales en materia de acuñación, usando ideas tomadas de los acuñadores privados, lo suficiente como para satisfacer las necesidades de la economía británica.

MS: ¿Por qué piensa que la acuñación privada aún no ha reaccionado en Argentina?

GS: Bueno, ha habido algunos movimientos en esa dirección, como los “tickets bonificados” de los supermercados chinos. Depende mucho de la respuesta anticipada de los reguladores. Ninguna empresa quiere pasar por las molestias de preparar monedas privadas solamente para que después se las declaren ilegales y confiscadas.

MS: ¿No traería un problema inflacionario la acuñación privada de monedas?

GS: No. En el pasado, los sustitutos privados de monedas oficiales siempre han sido emitidos como reclamaciones redimibles (redeemable claims) de algún tipo, o han consistido en valiosos commodities por sí mismas. Por lo que la inflación no ha sido un problema en la práctica.

MS: ¿Es la Ley de Gresham realmente un argumento válido en contra de la producción competitiva de dinero?

GS: No. La ley, usualmente conocida como “la moneda mala desplaza de circulación a la buena”, siempre ha referido a circunstancias en las cuales el gobierno emitía monedas inferiores y trataba de forzar a las personas a tratarlas como iguales a una moneda superior. La consecuencia no intencionada de esa interferencia gubernamental, siempre que existe libre elección monetaria, es que las monedas superiores son atesoradas, o intercambiadas en mercados negros, dejando circular abiertamente sólo a las inferiores, con todos los precios por supuesto siendo definidos en términos del dinero malo.

MS: Para terminar, ¿Cuál es su opinión acerca de la creación de “monedas comunitarias” como Ithaca Hours en los Estados Unidos?

GS: Las monedas comunitarias son interesantes pero están condenadas al fracaso por su propósito de ser de muy limitada importancia. La razón es que sus promotores están filosóficamente comprometidos con la idea de mantener el comercio dentro del ámbito local – evitando que se “escapen” fondos de las comunidades locales— y por lo tanto deliberadamente tratan de limitar las monedas no oficiales a un uso local. Eso significa esencialmente que nadie quiere a las monedas comunitarias excepto aquellos que adhieren a la filosofía del “compre local”. El resto de nosotros quiere dinero que podamos gastar en cualquier lugar.

* Publicada originalmente en la Revista Digital Orden Espontáneo Nº 1 Junio 2009. Los detalles de edición se encuentran en la misma.